Carmelo Torres Torres, profesor de Sociales de nuestro instituto colabora con nosotros presentando directamente aquí el artículo que incluye en su página de EL Enfoque . En esté último número dedicado a un superviviente de la guerra civil .
UN MAJORERO
SUPERVIVIENTE DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. D. ALFONSO DE LA CRUZ CEDRÉS (I)
Algunos meses atrás, gracias a una interesante y amena
conversación con Pepe Santana Gil, supe de la existencia de un majorero de
avanzada edad que había participado en la Guerra Civil Española (1936-1939) y
que en el devenir de su vida se había ido convirtiendo en parte muy
representativa de la historia viva de Fuerteventura. Debido a las múltiples
ocupaciones y quehaceres en los que el que escribe se va involucrando se hizo
imposible hacerle una entrevista en ese mismo momento, pero con el pasar del
tiempo este deseo se ha hecho realidad.
D. Alfonso es un majorero de los de antes, afable, amigable y
respetuoso en todo lo que dice y en el que la experiencia se ha ido acumulando
gracias a las múltiples ocupaciones que desempeñó a lo largo de sus casi 97
años de vida.
Tras entablar una extensísima conversación hemos decidido
realizar un resumen de los aspectos más destacables, dado que por cuestiones de
espacio una transcripción de toda la entrevista sería imposible.
¿Cuándo y dónde nació?
El 21 de diciembre de 1917, en La Rosa de Ucalia, en Tefía,
saliendo hacia el norte.
¿A qué se dedicó en los
primeros años de su vida?
Desde los 5 ó 6 años estuve guardando camellos, y después
cuidando una burra y una vaca que tenía Fernando Peña, estaba como criado, y me
pagaba una peseta al día, estando “mantenío”.
Después trabajé con su hermano Esteban Peña, allí estuve cuidando unas cabras
que tenía, allí estuve unos tres años. Después de eso pasé a trabajar con
Leoncito Peña, con el que pasé cinco años cobrando lo mismo y estando también “mantenío”. Más tarde trabajé cuando se
hicieron los ensanches de las carreteras que iban de la capital hasta Casillas
del Ángel y la otra que salía para La Oliva, cuando eso ya tenía unos quince o
diecisiete años, trabajándose por quincenas. Trabajando así llegamos a Casillas
y yendo para La Oliva llegamos hasta “Los
Trancos”, entre Tindaya y La Oliva, y había que quedarse donde se
trabajaba, buscando alguno que te dejara algún alpende. En eso llegó don Fausto
Carrión, que era uno de los más ricos de Fuerteventura, que era de Casillas,
con él estuve cuatro años, ganando 1,50 pesetas y “mantenío”, echándole de comer a los animales, camellos, cabras,
burros, allí a mí no me faltó de nada, porque era una casa grande.