Como una ráfaga de viento que mueve los papeles, que asombra a los niños y comprime el esternón de las personas, como un vendaval al principio que todo lo descoloca y como el viento es no es más que un buscar el equilibrio, así mismo esta mañana hemos recibido a los inspectores que iban a supervisar nuestro centro que no nuestro trabajo.
Hemos parecido un panal de abejas productoras desde el viernes .Alguien decía , quizá tenga razón, nos han puesto las pilas, Sin embargo, ¿puede alguien decir que no intentamos cada día ser mejores, hacer las cosas mejor y entender nuestro mundo pedagógico cada vez más. De papeles las pilas si las hemos llenado.¿ Dormirán de nuevo los papeles?

Ninguno de nosotros es Sidney Poitier, ni tan siquiera el mago Merlín. Celestine Freinet, maestro de maestros, Dios del trabajo de aula, nos aconseja sobre nuestro tarea concreta diaria y la visita de los señores inspectores.
Más abajo hemos incluido un post sobre adónde van estas visitas , en un año nos darán ciertas conclusiones, y nos presentan una reacción muy positiva del lugar , también canario , visitado, y cómo se organizó para mejorar todo el centro. Pero los papeles que nos inundan ahora, terminan siendo como los de antes. Añoro el tiempo de los objetivos operativos, que realmente eran actividades absolutamente evaluables.