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TRADUCE Y OYE

miércoles, 14 de mayo de 2014

SARAMAGO, VIDA EN Lanzarote, POR ANDREA CURBELO




La visita a “A casa” y la Biblioteca de José Saramago fue bastante interesante. En mi caso mi grupo entró primero en la biblioteca. La biblioteca no era muy grande, sin embargo, su función la cumplía ampliamente porque tenía gran cantidad de libros. Al llegar un guía nos explicó un poco como estaban situadas las estanterías y también la vida en general de Saramago. Había libros  en varias lenguas, los había diferenciados por estanterías de religión, historia, literatura portugués, española, africana, inglesa, etc. Y me pareció muy curiosa la estantería apartada de la esquina en la que Pilar había recopilado a las grandes mujeres de la literatura, que decía que no tenían que compartir sitio con la literatura masculina, ya que eran mejores.
Luego nos encaminamos hacia “A casa”. Allí pudimos observar que los gustos de Pilar y José no eran muy parecidos y contrastaban un poco por toda la casa. Lo más bonito fue el suelo de piedra que tenían en el salón, José eran un amante de coleccionar  piedras y las de Lanzarote le habían llamado la atención. También vimos sus relojes parados, y cosas que conservaba porque le hacían gracia como el ¨ Jesús liberado¨. Fue una visita muy bonita igual que las vistas desde su silla del jardín.

Respecto a mis reflexiones, José era una persona muy culta y muy reflexiva y crítica, cosa que hoy en día existe, pero poco. Si hay algo que no he dicho y que durante la visita se podría decir es que medité mucho. Era la primera vez que visitaba Lanzarote (la anterior era una niña y no recuerdo nada), tengo que decir que me sorprendió mucho lo que vi, no me esperaba tanta…, ¿cómo  decirlo?, armonía, creo que esa es la palabra, es armonía, equilibrio y calma lo que noté. Entiendo perfectamente por qué José y Pilar eligieron vivir allí, o eso creo, porque sinceramente tuve una sensación agradable. A parte del aspecto salvaje que conserva, y natural, comprobé que está totalmente dibujada, es decir, todas las zonas de cultivo los hoyos, las piedras, colocados estratégicamente para crear belleza, algo en lo que tuvo que ver César Manrique también. Es innecesario decir el color de los pueblos, me pareció muy interesante y por búsqueda de información propia descubrí que incluso hace unos 20 años la gente celebraba concursos para saber cuál era el pueblo mejor conservado. Es un lugar excepcional para escribir, para concentrarse y mantenerse equilibrado, esto no significa que las otras islas no lo sean, pero desde luego después de haberlas visitado todas, opino que Lanzarote puede ofrecer un equilibrio visual y una armonía que no ofrecen las demás, y que yo no pensaba encontrarme. A parte de esto lo demás está dicho, fue un viaje muy interesante.

Al llegar a Tahíche, lugar donde se encuentra la casa de César Manrique y la exposición de Leandro Perdomo, hicimos dos grupos para visitarlo por separado. Yo empecé visitando la casa de César Manrique. Nada más llegar, la guía que había en la entrada nos comentó que César era un artista muy famoso, nacido en Lanzarote y que además no solo se dedicó a la pintura, también le gustaban otras actividades culturales como la escritura y la escultura, de hecho, si no me equivoco, mucha de la decoración de la propia isla de Lanzarote es obra de él, aunque esto es observación propia. Su casa era mágica, lo más atractivo fueron las burbujas de lava que él mismo había utilizado para hacer habitaciones uniéndolas mediante túneles artificiales. Terminada la visita a la casa de Manrique, nos dirigimos a la exposición de Leandro Perdomo, donde se nos habló sobre él, tuvimos que buscar datos sobre él en periódicos y escritos que había por toda la exposición, y también buscar palabras canarias que estaban pintadas en la pared. Conocimos su lado de escritor y el lado de persona preocupada por su pueblo y su gente, que le hacía muy especial.
                                                                                                                              Andrea  Curbelo Silva

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